Las tendencias de inversión del futuro apuntan hacia un mundo más digital, sostenible y descentralizado. La aparición de las finanzas verdes, las criptomonedas, los activos tokenizados y la inteligencia artificial están transformando la forma en que invertimos. Los inversores buscan cada vez más proyectos con impacto social y medioambiental, sin renunciar a la rentabilidad. La automatización y la analítica de datos permiten tomar decisiones más rápidas y precisas. En definitiva, invertir ya no es solo buscar beneficios, sino también alinearse con los cambios tecnológicos y las necesidades del planeta