La jubilación en el marco de las finanzas del futuro ya no se limita a una pensión tradicional, sino a la combinación de múltiples fuentes de ingresos pasivos. La planificación incluye inversiones diversificadas en bolsa, criptomonedas, ETFs y bienes raíces, junto con nuevas herramientas digitales de gestión. La tecnología permite automatizar el ahorro, optimizar la fiscalidad y anticipar riesgos a largo plazo. En este contexto, la longevidad exige estrategias sólidas que aseguren liquidez y estabilidad durante más años de vida. Prepararse para la jubilación del futuro es diseñar un sistema financiero flexible, resiliente y adaptado a los cambios tecnológicos y sociales.